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Proveedores de sueños

Ni la Navidad ni el Año Nuevo. Si me pongo a hablar de mi festividad favorita, diré que son las Alasitas, una tradición boliviana donde desear en grande es la regla número uno. ¿Qué clase de deseos se admiten? Todos, con la condición de que puedan caber en la palma de tu mano.
, Morelia Eróstegui Navia
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Tener un puesto de venta no está lejos de tus posibilidades. Foto: WFP/Mónica Navia

En la ciudad de La Paz, basta con cerrar los ojos y tomar una bocanada de aire para reconocer que el 24 de enero ha llegado. El aroma es dulce, por los amuletos, minerales y maderas especiales que los brujos indígenas, los yatiris, queman al bendecir los deseos de casi un millón de habitantes. Ha empezado la feria de los sueños, las Alasitas, la más ingeniosa de las instituciones de esta ciudad que no solo muestra su nivel de ambición sino de tradición entretejida con la modernidad. En esta feria, todos tenemos la libertad de soñar.

Si Abraham Maslow, quien planteó la teoría de las necesidades básicas, hubiera visitado Alasitas, es muy probable que su pirámide estaría inspirada e ilustrada por todas estas miniaturas. Si hay algo seguro es que con esta feria puedes satisfacer todas tus necesidades, no miento, todas: salud, amor, alimentación, trabajo, techo y –¿por qué no?– hasta la superación profesional.

Alasitas viene del aymara que significa "cómprame".

¿Qué deseos quieres llevar?

Al recorrer esta feria, encontrarás de todo: el más codiciado celular, las herramientas para construir tu casita, edificios extravagantes con negocios incluidos o las canastas de alimentos más completas para que la comida rica y bien sazonada no falte durante el año.

Tan codiciado el amor

Si lo que quieres es encontrar el amor, prueba con un gallo (si te interesan los varones) o una gallina (en caso de que lo tuyo sean las chicas). Se dice que este amuleto atrae galanes, pero es quizá una de las compras que más protocolos implica.

Hay proveedores dedicados a los gallos y Lucía Camerati, una experta en estos asuntitos. Para los que no crean en estas tradiciones, les doy mi testimonio. Utilizando la metodología de hacerme regalar un gallo de manos de alguien tan desafortunada como yo, le rogué a Camerati para que me compre un gallito. El susodicho animal de yeso llegó bautizado por la vendedora. Meses después, apareció un lindo muchacho del mismo nombre. No por nada se dice que no puedes arriesgarte a no creer en Alasitas.

Cada generación tras su propio deseo

Esta tradición ancestral lleva proveyendo productitos adaptados a cada generación y necesidad desde hace siglos. Cada año hay nuevas sorpresas. Por ejemplo, cuando la industria del cine tuvo un gran empujón, aparecieron los oscaritos. En 2016, cuando la ciudad de La Paz se quedó sin agua por varios meses, los proveedores ofrecían tanquecitos del tamaño de un botón. Incluso ahora y ante las amenazas del cambio climático son muy populares.

El combo perfecto

El combo perfecto incluye el gallo, billetitos de bolivianos, dólares e incluso euros, y, claro, una canasta de alimentos. Pero, ¿qué hacen las familias cuando sus deseos no se cumplen? Sobre el amor, y queremos ser claros en esto, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas no tiene aún ningún compromiso firmado. Pero si hablamos de garantizar la seguridad alimentaria y el acceso a recursos de las familias más vulnerables, llevamos más de 50 años en el país trabajando para cumplir estos sueños.

Los impactos climáticos tienen la atroz capacidad de destrozar sueños en un abrir y cerrar de ojos. Es por ello que, ante las severas amenazas del cambio climático, la organización humanitaria más grande del mundo mantiene su presencia en el país.

Si es la primera vez que escuchas el nombre del Programa Mundial de Alimentos, es probable que vivas en una zona menos vulnerable, y, si ya nos escuchaste, quiere decir que en algún momento estuvimos contigo acompañándote. Para quienes ya nos conocen o todavía no, estén seguros de que seguimos trabajando para que los deseos más básicos del país no se derrumben.

Y si se siguen preguntando sobre qué pasará con el amor, pueden contactar a Camerati la experta boliviana en el tema.

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A la izquierda, una réplica en alasitas de un camión del Programa Mundial de Alimentos en Bolivia. Foto y arte: WFP/ Morelita Eróstegui
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Un Yatiri, brujo indígena, challa (bendice) compras de alasitas el 24 de enero. Foto: WFP/Mónica Navia

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